Por qué incluso los directores generales con mejores resultados necesitan desconectar este verano

No construiste tu negocio pasando por caja. Llegaste aquí apareciendo, cada día, cada hora, en cada llamada, incluso cuando todos los demás dormían o estaban de vacaciones.

Pero ésta es la verdad que nadie dice a los deportistas de alto rendimiento: no se supone que debas esprintar durante todo el maratón.

Y si estás constantemente disponible, constantemente decidiendo, constantemente reaccionando, no estás dirigiendo. Estás apagando fuegos.

¿Realmente todo el mundo necesita un descanso?

Existe un mito entre los trabajadores de alto rendimiento: «Puedo con más que la mayoría de la gente». Eso puede ser cierto, pero no te convierte en sobrehumano.

Investigación de Harvard Business Review demuestra que la fatiga en la toma de decisiones y el exceso de compromiso conducen directamente a un juicio deficiente, a un estancamiento de la creatividad y a un liderazgo de menor calidad. Tu cerebro necesita tiempo de inactividad para procesar la complejidad. No sólo dormir, sino el desapego intencionado.

El verano: La estación estratégica para dar un paso atrás

El verano es cuando el mundo se ablanda. Tus clientes se toman vacaciones. Las reuniones se ralentizan. La presión disminuye lo suficiente para permitir una pausa estratégica.

En lugar de llenar ese espacio con más trabajo, utilízalo para alejarte.

El tiempo alejado del día a día crea distancia, y la distancia crea claridad.

Muchos directores generales afirman que sus mejores ideas no surgieron en sesiones de brainstorming, sino en momentos en los que no estaban «trabajando» en absoluto: en una excursión por la montaña, en una playa tranquila o mientras paseaban en bicicleta por una ciudad desconocida.

Como dice Greg McKeown, autor de Esencialismodice: «Si tú no priorizas tu vida, otro lo hará».

Cómo desconectar sin perder el control

1. Decláralo. Programa tu tiempo libre como si fuera el lanzamiento de un producto importante. No pidas permiso. Predica con el ejemplo.
2. Prepara a tu equipo. Identifica a los responsables de la toma de decisiones en tu ausencia. Dales poder. Déjalo claro: no vas a microgestionar desde la playa.
3. Limita las ataduras tecnológicas. Utiliza autorespuestas de correo electrónico, establece protocolos de contacto sólo para emergencias y elimina las aplicaciones de trabajo de tu teléfono.
4. Vuelve con cuidado. No atasques tu calendario el Día 1 de vuelta. Deja espacio en blanco para recalibrar y recuperar la percepción, no sólo la fatiga de la bandeja de entrada.

¿Qué es lo que realmente te impide desconectar?

Seamos sinceros: para muchos fundadores y directores generales, el miedo no es que la empresa se venga abajo, sino que no sepas quién eres sin ella.

Pero los líderes más fuertes no sólo construyen empresas. Construyen capacidad para pensar profundamente, para dirigir con calma, para volver renovados.

Desconectar no te hace menos dedicado. Te hace más duradero.

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Porque, a veces, lo más inteligente no es presionar más, sino alejarse del ruido y dejar que surja una nueva visión desde un lugar diferente.

Así que este verano, pregúntate
¿Qué podría cambiar si desconectaras no por agotamiento, sino por sabiduría?

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